En los esfuerzos del ser humano por construir y defender su identidad, las reivindicaciones alcanzadas por los grupos transgéneros ocupan un lugar de importancia en la historia social contemporánea. A pesar de que aún queda mucho por hacer, la situación actual de estos colectivos en buena parte del mundo occidental se aleja de la clandestinidad, ocultamiento y persecución a la que se vieron sometidos hasta hace relativamente poco tiempo.
Prueba de ello es que hoy en día es posible encauzar políticamente una discusión acerca de la complejidad que conlleva el concepto de identidad de género cuando se aborda más allá de la oposición binaria hombre-mujer.
En el campo de las artes visuales, la fotografía ha sido un medio muy utilizado para tratar este tema, probablemente por su poder para mostrar de manera inmediata y directa las expectativas y precauciones que indistintamente aparecen entre artista y espectador cuando se abordan realidades tan complejas. Durante los años ochenta y noventa del siglo pasado, estos intereses lograron una de sus mejores expresiones en una intimidad no exenta de un romanticismo alternativo que reveló situaciones escabrosas, asociadas a la violencia, el uso de drogas y el carácter underground. De gran repercusión en Estados Unidos, algunos de estos artistas, como Nan Goldin, Jack Pierson o Mark Morrisroe, mantuvieron en su obra una nota persistente de obsesión y dependencia.
“Mar Sáez. Vera y Victoria”. Librería Railowsky. Grabador Esteve, 34. Valencia, España. Del 2 de mayo al 1 de junio de 2017.
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Mar Sáez y Lara Moreno (2016). Vera y Victoria. André Frere Editions.
Marta Lamas (compiladora) (2015). El género. La construcción cultural de la diferencia sexual. Universidad Autónoma de México.
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