La Dehesa del Saler es una franja de arena ubicada a diez kilómetros al sur de Valencia, que separa la Albufera del Mar Mediterráneo. Su vegetación, conformada por un bosque de pinos y por plantas crasas, aloja a las aves que anidan en el canal que la atraviesa y en el marjal de su parte norte.
En 1962, las autoridades locales, animadas por el fervor turístico, promovieron un plan para urbanizar este territorio. El comienzo de las obras reveló su efecto pernicioso y dio lugar a fuertes críticas entre biólogos y ambientalistas. En la década del setenta, en plena dictadura, la protesta del movimiento ciudadano se hizo más activa y al amparo del lema “El Saler per al poble” logró más tarde la paralización de las obras.
Para ilustrar esta historia, la Universitat de València está presentando “El Saler per al poble, ara!”, una exposición compuesta por documentos oficiales, manuscritos, posters, fotografías, planos y vídeos, entre otros objetos. El proyecto rememora la lucha ciudadana en contra de los planes urbanísticos realizados en este importante enclave natural de Valencia. Los objetos exhibidos datan de los años sesenta del siglo XX hasta el presente, con algunos proyectos que remiten a finales del XIX. Enmarcada en el treinta aniversario de la declaración de la Albufera como parque natural, la muestra cuenta con la colaboración del Ayuntamiento de Valencia y el patrocinio de Caixa Popular.
Foto: Eduardo Alapont
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La exposición está organizada cronológicamente, con capítulos o secciones distribuidas por décadas, en las que se atienden a los proyectos más tempranos no construidos, el análisis del proyecto urbanizador ejecutado, el movimiento ciudadano en los setenta, la paralización del plan y las reivindicaciones que aún están pendientes. Destaca una emisión del programa “Tierra salvaje” de Televisión Española, el cual ayudó a concienciar sobre la singularidad del ecosistema de la Dehesa. De igual modo, son impactantes las imágenes que comparan el paisaje original antes de las obras y los cambios provocados por la implantación de edificios, el campo de golf y el paseo marítimo.
La exposición también pone de relieve el hecho de que esta lucha a pesar de sus victorias, como la declaración del Parc Natural de l’Albufera en 1986, aún tiene puntos pendientes. Entre estos se cuentan la recuperación del entorno natural y la suerte de las edificaciones que hoy quedan en el sector, un aspecto donde la continua participación de los vecinos seguirá siendo será decisiva. En este sentido, el catálogo publicado en ocasión de esta muestra permite actualizar los registros científicos, culturales y sociales que serán esenciales para proyectar las mejoras futuras de este entrañable paisaje valenciano.
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