A finales de los años sesenta del siglo pasado, en Japón, un grupo de fotógrafos se planteó desarrollar un lenguaje alternativo para su disciplina. Lo que rechazaban y lo que buscaban lo manifestaron en los tres números de una revista que editaron y dieron a conocer como Provoke. Ciertamente, lo que hicieron aquellos jóvenes significó una sacudida en el campo de la fotografía de su país.
Daido Moriyama. Eros, revista Provoke, nº 2, 1969 |
Provoke y la búsqueda de un lenguaje alternativo
La revista Provoke fue fundada por Takuma Nakahira y Koji Taki, junto con Takahiko Okada, Yutaka Takanashi. A partir del segundo número contó con la participación de Daido Moriyama.
Provoke es la consecuencia de un proceso de transformación del lenguaje fotográfico que se inicia en Japón a finales de los cincuenta y alcanza hasta principios de los setenta del siglo XX.
Esta transformación estuvo motivada por los cambios económicos, sociales y culturales que ocurrieron en Japón luego de la rendición y posterior ocupación estadounidense.
Una primera manifestación de estos cambios en la fotografía nipona se produjo en 1957 con la exposición "The Eyes of Ten", donde participaron Toyoko Tokiwa y otros fotógrafos que luego formaron la agencia Vivo (1959-1961).
Emulando el trabajo de la agencia Magnum Photos, los fotógrafos de Vivo, entre quienes figuran Eikoh Hosoe, Shomei Tomatsu, Akira Sato y Akira Tanno, se propusieron hacer una fotografía crítica.
Lo subjetivo como crítica de la realidad
Por fotografía crítica ellos entendían aquellas imágenes que se oponían a las convenciones del momento, dominadas sobre todo por la fotografía directa y objetiva.
Para dar con ese nuevo lenguaje lo subjetivo fue incorporado como una opción válida para la comprensión de la realidad.
Así, lo real dejó de ser el registro de una serie de lugares y situaciones y se convirtió en una espacio experimental y arbitrario, tan concreto como abstracto.
Esta línea de investigación tenía algunos puntos de encuentro con los trabajos de Robert Frank, pero en el caso de los japoneses fue llevada mucho más lejos.
La presencia política del cuerpo
Los miembros de Provoke se propusieron estudiar la fotografía como un lenguaje, lo cual en el contexto del momento significaba profundizar en las relaciones entre el arte y la resistencia política. De este modo, además de la mirada y el pensamiento, la fotografía debía ser entendida como un acto que implicaba también el cuerpo.
Esto comportaba el convencimiento de que había una parte de la realidad que no podía ser asida solo por la mirada y las palabras. El cuerpo podía actuar como la evidencia de una existencia que afectaba al fotógrafo, que dejaba de ser solo un mero observador.
El testimonio de esta presencia corporal del fotógrafo estaba en el estilo are-bure-boke (grano, barrido, desenfoque) que dio fama a sus registros. Allí se puede establecer el principal aporte a la búsqueda de nuevas perspectivas para la fotografía, cuya influencia se puede detectar aún en la actualidad.
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