Yayoi Kusama, artista japonesa nacida en 1929, es un referente dentro del minimalismo y el arte pop. Conocida por sus obras con lunares infinitos, explora temas como la identidad y la locura a través de diversos medios. Reconocida internacionalmente, sigue creando a sus 95 años.
María Leis |
Yayoi Kusama nació en Matsumoto, Japón, el 22 de marzo de 1929. Desde pequeña, se sintió atraída por el arte como forma de expresión y escape de una vida familiar compleja. Su padre, un comerciante adinerado, mantenía relaciones extramaritales y ejercía un control estricto sobre la familia. Kusama encontró refugio en la naturaleza y en la creación artística, plasmando en sus dibujos alucinaciones y visiones que experimentaba desde temprana edad.
En 1950, a pesar de la oposición de su familia, Kusama se mudó a Kioto para estudiar pintura Nihonga, un estilo tradicional japonés. Sin embargo, su espíritu rebelde la llevó a explorar nuevos caminos artísticos, alejándose de las técnicas convencionales y adoptando un estilo más personal e introspectivo.
En 1957, con solo 28 años, Kusama se trasladó a la ciudad de Nueva York, el epicentro del arte vanguardista en ese momento. A pesar de las dificultades iniciales y el rechazo que enfrentó por ser una mujer artista extranjera, Kusama perseveró y comenzó a crear obras que la convertirían en una figura única e innovadora.
Sus primeras obras en Nueva York se caracterizaban por la repetición obsesiva de puntos blancos sobre fondos de colores vibrantes, creando patrones hipnóticos que exploraban temas como la infinitud, la obsesión y la alucinación. Estas obras, que ella denominó "Infinity Nets", la diferenciaron del panorama artístico predominante y la posicionaron como una referente del minimalismo y el arte pop.
A lo largo de su prolífica carrera, Kusama ha explorado una amplia gama de medios artísticos, incluyendo la pintura, la escultura, la instalación, el performance y la literatura. Sus obras se caracterizan por la repetición de patrones, el uso de colores llamativos y la creación de ambientes inmersivos que invitan al espectador a reflexionar sobre la percepción, la identidad y la locura.
Entre sus obras más emblemáticas se encuentran las "Habitaciones con lunares", espacios completamente cubiertos de lunares negros que desafían la percepción de la profundidad y la realidad. También ha realizado performances impactantes, como "Body Accumulation", donde cubría su cuerpo desnudo con lunares rojos, y "Self-Obliteration", donde se fundía con un fondo de lunares blancos.
A pesar de enfrentar desafíos durante su carrera, como el sexismo y el racismo, Kusama ha logrado un reconocimiento internacional por su obra única y original. En la década de 1980, regresó a Japón, donde retomó su carrera artística con gran éxito. En 1993, representó a Japón en la Bienal de Venecia, y desde entonces ha participado en numerosas exposiciones individuales y colectivas en todo el mundo.
Actualmente, Yayoi Kusama sigue siendo una artista activa y prolífica, trabajando en su estudio de Tokio. Su legado se caracteriza por su espíritu innovador, su valentía para desafiar las convenciones y su exploración profunda de la psique humana.
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Yayoi Kusama. Infinity Mirrors. Mika Yoshitake. Prestel, 2017. Edición en inglés.
Yayoi Kusama: de aquí al infinito. Sarah Suzuki y Ellen Weinstein. Ediciones SM, 2018. 40 páginas.
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