La casa de Marilyn Monroe, más que una simple vivienda, representa un símbolo de la vida y el legado de una de las estrellas más queridas del cine. Su posible demolición significa una pérdida para la historia y la cultura popular.
Última residencia de Marilyn Monroe, en Brentwood, Los Ángeles. Foto: JGKlein, dominio público, via Wikimedia Commons |
En el corazón del acomodado barrio de Brentwood, en Los Ángeles, se encuentra una casa de estilo bungalow californiano que guarda entre sus paredes una historia inigualable. Esta vivienda, conocida por ser el último hogar de la icónica Marilyn Monroe (Los Ángeles, 1926-1962), se encuentra ahora en el centro de una batalla legal que podría llevar a su demolición.
Un refugio íntimo para una estrella
Adquirida por la actriz en febrero de 1962 por 75.000 dólares, esta casa de una sola planta, con fachada de estuco y tejas rojas, se convirtió en el refugio personal de Monroe, un escape del ajetreo y la presión de su vida como estrella de Hollywood. Aquí, alejada de los focos y rodeada de naturaleza, la actriz buscaba paz y tranquilidad.
La casa, de apenas 165 metros cuadrados y diseño sencillo pero acogedor, se ubica en un terreno de 270 metros cuadrados al final de un tranquilo callejón sin salida. La vivienda, con forma de L, consta de cuatro dormitorios, tres baños, una sala de estar con chimenea y un comedor. Construida en 1929, la edificación consta de jardín trasero, piscina, huerto de cítricos y una casa de huéspedes.
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Más allá de las paredes: un pedazo de historia
Más allá de su valor arquitectónico, la casa de Marilyn Monroe adquiere una dimensión histórica significativa. Entre sus paredes, la actriz vivió sus últimos meses, incluyendo el fatídico día de su muerte en agosto de 1962. Es por ello que muchos la consideran un lugar emblemático, un pedazo tangible del legado de una de las figuras más importantes del cine.
Un futuro incierto
En septiembre de 2023, los nuevos propietarios de la vivienda solicitaron un permiso de demolición, con la intención de construir una nueva residencia en su lugar. Esta decisión generó una ola de indignación entre los fanáticos de Monroe, quienes consideran que la casa debería ser preservada como un sitio histórico.
Actualmente, la demolición se encuentra en suspenso gracias a una orden judicial temporal. Sin embargo, el futuro de la casa sigue siendo incierto. Se espera que en los próximos meses se tome una decisión definitiva sobre su destino.
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